Irán atacó a Israel con 180 misiles que no causaron víctimas ni daños materiales. El movimiento bélico iraní coloca a la crisis de Medio Oriente en otro escenario geopolítico, asumiendo que la guerra se extiende desde Gaza al Líbano. Y desde allí puede escalar a Siria, Irak y al propio territorio de Irán.
La crisis inició con el ataque terrorista de Hamas a Israel, sucedido el pasado 7 de octubre de 2023, y ahora continúa con los combates en territorio libanés. Si Irán no hubiera avalado a Hamas, la situación en Medio Oriente tendría otra lógica, teniendo en cuenta que Israel y Arabia Saudita estaban cerrando un acuerdo diplomático histórico.
Pero Teherán rechazaba el acuerdo entre Israel y Arabia Saudita, y promovió el atentado de Hamas para que la región quedará a merced de su agenda terrorista. Y lo logró: hubo miles de muertos en Israel, hay una crisis humanitaria en Gaza, y la situación en el Líbano no terminará en las cercanías de su frontera sur.
Benjamín Netanyahu ya prepara su plan de réplica ofensiva contra Irán. No descarta blancos vinculados al programa nuclear iraní y al sistema de producción petrolera, una pieza clave en la economía del regimen de los ayatollahs.
Si no hay un trabajo de contención de Estados Unidos y sus aliados regionales (Arabia Saudita, Qatar y Jordania), Medio Oriente puede empezar a arder en el cortísimo plazo.
Era el objetivo de Irán.