Javier Milei y Mauricio Macri negocian un acuerdo político que tendría su primer capítulo en la Cámara de Diputados. El presidente no quiere representantes del PRO en su Gabinete, y el expresidente no tiene tanta influencia política para torcer la resistencia del círculo más cercano al líder de La Libertad Avanza.
MIlei ya diseña una estrategia política en vista a las elecciones de mitad de término, y Macri ya asumió que si el Gobierno hace el ajuste económico sin disturbios sociales su capital político puede quedar en manos del jefe de Estado. Macri ya aprendió que le sucedió a Alvaro Alsogaray con Carlos Menem: el capitán ingeniero se confió y la UCEDE quedó a merced del Partido Justicialista.
Sin embargo, el pacto entre Milei y Macri no será un hecho político fácil de coronar. El PRO está fracturado, Macri no tiene el control de todos sus fragmentos y Patricia Bullrich es una consejera permanente del Presidente. Milei tiene una manera peculiar en su manejo del poder y Macri oscila entre trabajar su acuerdo político o tomar distancia frente a la compleja coyuntura social.
En este contexto, Milei y Macri hablan por celular y chatean casi todas los días. Pero las diferencias aún permanecen estáticas y no hay todavía una hoja de ruta que permita llegar a un acuerdo en las próximas semanas.