Javier Milei y su círculo más cerrado llegaron a la Casa Blanca para describir su plan de gobierno ante Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional de Joseph Biden. El presidente electo ratificó su alineamiento con Estados Unidos e Israel, y su condena a los regímenes totalitarios de América Latina. Milei también marcó su distancia geopolítica con Rusia y China, dos países que están enfrentados con agenda internacional de Biden.
Antes del encuentro con Sullivan, el futuro mandatario había compartido un almuerzo con Chris Todd y Bill Clinton. Todd y Clinton son una puerta de entrada al establishment de DC, y Milei necesita de sus artes para avanzar en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Luis «Toto» Caputo fue al FMI y se reunió con Gita Gopinath, subdirectora del organismo multilateral. Se trató de un round de aproximación, adonde el futuro ministro de Economía explicó los lineamientos de su plan para aplacar la inflación, reducir el déficit fiscal y unificar el tipo de cambio.
Gopinath escuchó a Caputo, hizo las preguntas de rigor y se fue.
Con el FMI será una compleja negociación que debería terminar antes del 31 de diciembre. Si no hay acuerdo para esa fecha, el gobierno enfrentará su primera crisis económica: tiene que pagar al Fondo cerca de 1.000 millones de dólares y en el Banco Central sólo hay yuanes, que Milei -hasta ahora- no quiere usar.