Mauricio Macri construyó un proyecto político que le permitió gobernar la Ciudad -dos veces- y acceder a la Casa Rosada. Además, hecho inédito para la democracia, el PRO logró controlar la provincia de Buenos Aires, cuando siempre fue administrada por el peronismo y la Unión Cívica Radical.

Pero ese proyecto de poder se ahogó en su salsa.

Macri soslayó consejos, optó por el aislamiento y dilapidó el apoyo de Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional.

El líder conservador perdió con Alberto Fernández y CFK, se peleó con sus delfines -María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta- y terminó apaciguado por Karina y Javier Milei.

Otra novedad política: el PRO no fue fagocitado por un partido mayoritario, como hizo el peronismo con la UCEDE de Alvaro Alsogaray. El PRO fue desterrado por la Libertad Avanza, una iniciativa de poder que creció en los márgenes del sistema.

Macri lo hizo.