Javier Milei y Donald Trump finalmente se encontraron en la Casa Blanca, pero el almuerzo oficial tuvo un epílogo inesperado: el presidente de los Estados Trump explicitó que su apoyo a Milei estará condicionado a los resultados de las elecciones del 26 de octubre.
Si el gobierno pierde, la administración republicana será menos generosa con su aliado incondicional en América Latina. El presidente intentó relativizar las opiniones públicas de su anfitrión en Washington, y desde ese momento los mercados financieros se transformaron en un pantano político que la Secretaria del Tesoro trata de controlar por orden de Trump.
A cambio, Miel tiene que lograr acuerdos institucionales con la oposición, estabilizar la crisis económica y social, facilitar el acceso de empresas de Estados Unidos a las reservas naturales de la Argentina y aplacar la influencia geopolítica de China.
Una tarea muy difícil frente al caso de narcotráfico que lideró Jose Luís Espert, la voiatibilidad del dólar, las peleas internas en el Gabinete Nacional y una eventual derrota en los comicios de medio término.
Trump siempre ha dicho que respeta poco a los perdedores.

