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Enemigo íntimo

Enemigo íntimo

Notas

Máximo Kirchner tiene un proyecto de poder y no debería sorprender. Conoce la lógica peronista desde hace años y aprendió un método de acumulación que dio sus resultados: Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner establecieron una variable justicialista que ocupa el centro del escenario desde 2003.

Ahora Máximo cree que es su turno en la zaga familiar y avanza contra Alberto Fernández como lo hizo su padre con Eduardo Duhalde y su madre con los cuadros peronistas que cuestionaron su absolutismo presidencial. El sucesor histórico pretende suceder y no calibra costos y beneficios políticos para la democracia y las instituciones.

Al momento de calcular, Máximo se ve a sí mismo como un líder revolucionario del Siglo XXI portando un programa político que se basa en categorías de la Guerra Fría. Es cierto que La Cámpora tiene músculo y moviliza, pero la demostración de fuerzas de ayer fue un juego de suma cero.

Sólo sirvió para debilitar al Presidente, exhibir la fractura del Gobierno y presentar un discurso político que es común en una asamblea universitaria de años intermedios.

Máximo desea llegar a Balcarce 50. Un sueño personal que puede terminar en diciembre de 2001.