La última reunión del Mercosur en Buenos Aires exhibió la distancia personal y política que existe entre Javier Milei y Lula da Silva. El presidente de Argentina y de Brasil no se hablan, y el foro regional está a la deriva sin agenda común.
Milei cree en la apertura económica al margen de las normas comunitarias, y Lula apuesta a una relación estratégica con China, que multiplica su ofensiva comercial en América Latina. Sos dos proyectos geopolíticos diferentes, que amenazan con transformar al Mercosur en un sello de goma.
El presidente argentino apuesta a Estados Unidos, mientras que su colega brasileño juega adentro de los BRICS, que integran China y Rusia. En este contexto, es imposible un punto de contacto entre Milei y Lula.
Y no se debe esperar nada hacia adelante.
Milei y Lula representan la batalla ideológica que ahora se libra en el tablero internacional.