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Heredero

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Notas

Pablo Moyano aprendió de Papá, don Hugo. Pero a diferencia del jefe del clan, Pablo Moyano tiene formación política limitada y su ideología es una mezcla de clichés de la Guerra Fría y las 20 verdades peronistas.

Sin una lógica intelectual que le permita medir los tiempos y calcular los escenarios, Pablo Moyano se reclinó sobre Máximo Kirchner y sueña con desbancar a la nomenclatura de la CGT, que lo odian porque no mantiene las formas y los códigos de la corporación sindical.

Solo se trata -obvio- de una disputa de estilos.

A Pablo Moyano le importa poco las críticas de los líderes gremiales que se empoderaron en épocas de don Hugo, y apuesta a su olfato y a su peso gremial para imponer su voluntad política. No dudó en plantear la ruptura de la CGT, y aceptó a regañadientes una cena con Alberto Fernández para cerrar una tregua tácita y frágil con el gobierno.

En plena crisis económica y apoyado por la Cámpora, Pablo Moyano sueña con crear su propia dinastía y recuperar el peso que la CGT tenía en tiempos de José Ignacio Rucci. Un sueño mesiánico que amasa en silencio y sin pausa.