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Pragmatismo peronista

Pragmatismo peronista

Notas

La relación personal y política entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner está rota, pero ninguno de los dos desea que Juntos por el Cambio regrese a la Casa Rosada. Esa pretensión común desembocó en un pequeño acercamiento entre el presidente y la vicepresidente: hace unos días chatearon vía Telegram.

Alberto Fernández quiere su reelección y Cristina estirar su control político de la Provincia de Buenos Aires. Para que eso suceda, el candidato a presidente del oficialismo debe derrotar al candidato a presidente de la oposición en primera vuelta. Si no eso no ocurre, el distrito bonaerense pasará a manos de Juntos por el Cambio.

Asimismo, en primera vuelta se eligen a los diputados nacionales y a los senadores, que CFK necesita para extender su poder interno en el Frente de Todos. Entonces, se repite idéntica lógica política: el peronismo necesita un candidato competitivo para evitar una derrota en Buenos Aires y una merma sustancial de legisladores en ambas cámaras.

Alberto Fernández no renunciará a sus intenciones de buscar la reelección presidencial, pese a las quejas de Cristina. Y sólo cederá en ese sueño personal, si el kirchnerismo tiene un candidato mejor que él. Entonces, la vicepresidente decidió abrir su canal de contacto con el jefe de Estado para coordinar una estrategia electoral que permita al Frente de Todos mantener sus propios espacios de poder.

La clave del acercamiento es fácil de explicar: Cristina entendió que Alberto Fernández continuará su marcha y que su única posibilidad -ahora- es condicionar su estrategia electoral y apostar a Sergio Massa como único candidato interno en las PASO.

Massa conoce los planes del presidente y de CFK, y juega al poker. Sólo aceptará la candidatura si baja la inflación y el peronismo lo respalda en bloque. Dos condiciones que, en febrero, tienen la forma de la utopía.