La sintonía personal e ideológica entre Javier Milei y Donald Trump permitió al Gobierno evitar una crisis financiera causada por la demanda constante de dólares y la caída de acciones y bonos. La derrota del oficialismo en los comicios de Buenos Aires y el avance constante de la oposición en el Parlamento pusieron contra las cuerdas a Milei, y el mercado hizo sentir su falta de confianza respecto a la agenda política y económica del Presidente.
El salvataje financiero fue diseñado por Scott Bessent -secretario del Tesoro- y Luis Caputo -ministro de Economía- que se han encontrado muchísimas veces esta semana en Washington, frente a las constantes oscilaciones de los títulos públicos y el precio del dólar.
A cambio del salvataje financiero, Trump exigió a Milei que enfríe la relación diplomática con China, que ejerce su influencia geopolítica a través del swap en el Banco Central, su mercado para las exportaciones agropecuarias y sus créditos blandos destinados a infraestructura, comunicaciones y transporte.
Milei se comprometió a cumplir con las exigencias que pretende la Casa Blanca, y Trump ayudará con el salvataje financiero como ya lo hizo con el Fondo Monetario Internacional.
Quid pro quo.