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A la carga

A la carga

Notas

Alberto Fernández desplegó una estrategia política que se asienta en un supuesto electoral y en su voluntad personal: asegura que ganó los comicios legislativos y cree que el acto del 17 en la Plaza de Mayo fue un punto de inflexión respecto al poder omnímodo de Cristina Fernández de Kirchner.

Las cifras oficiales terminaron con el supuesto electoral: Juntos por el Cambio derrotó al Frente de Todos en los principales centros urbanos, CFK perdió el quórum en la Cámara de Senadores y Sergio Massa mantuvo la primera minoría en Diputados por un puñado de votos.

La vicepresidente se replegó en su piso de la avenida Juncal para tomar sus próximas decisiones políticas, y Alberto Fernández avanzó en sentido contrario. Pero eso no significa que el jefe de Estado ocupe el espacio de poder que pertenece a CFK.

Cristina cavila sobre sus propias certezas: ya descartó la reelección del Presidente, busca una diagonal para enfrentar a la nueva alianza de poder interno -CGT, movimientos sociales, ciertos intendentes del conurbano y determinados gobernadores-, y aguarda un nuevo traspié de Alberto Fernández para caer con su rayo de la muerte.

El Presidente conoce la lógica de poder del kirchnerismo duro, y va a la carga para consolidar nuevas posiciones en el Frente de Todos. Una estrategia que depende de la decisión de Cristina, La Cámpora y el Instituto Patria.

Por ahora, la primavera distópica continúa en Olivos.