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Atentado

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Notas

Cristina Fernández de Kirchner salvó la vida por la impericia de Fernando Sabag Montiel, el fallido asesino que pudo transformar a la democracia en un hecho distópico. La vicepresidente recibió un profundo apoyo político, pero aún resta que los principales líderes del Frente de Todos y Juntos por el Cambio se encuentren para formalizar una foto oficial que fortalezca al sistema institucional.

No hay espacio político para exhibir diferencias entre las dos coaliciones y la mesura debe sobresalir en los discursos parlamentarios y los posteos en las redes sociales. Alberto Fernández -como presidente- debe tomar la iniciativa y enterrar ese discurso endogámico que ya utilizó en la cadena nacional y durante su encuentro con los sectores sociales en la Casa Rosada.

La vicepresidente corrió peligro de muerte. Un acontecimiento inesperado que no sólo merece el repudio absoluto al margen de las perspectivas ideológicas. Ese atentado a Cristina puso en jaque a todos, y todos tienen la obligación de respaldar la democracia y fijar una tregua.

Una jugada aviesa tras un malicioso rédito político, puede poder a la democracia al borde del abismo.

Y si eso pasa, Sabag Montiel habrá cumplido su faena.