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Chau, Diego

Chau, Diego

Notas

Si estás de este lado de la raya de cal, no pierdas tiempo. No tiene sentido considerar que hizo campaña para Carlos Menem, se abrazó a Fidel Castro, cobró de Hugo Chávez, defendió a Nicolás Maduro, negó a sus hijos y maltrató a los periodistas que cuestionaban su doble moral.

Si entras en esa lógica de análisis, todo tendrá sabor a contradicción, olor a negligencia, forma de dilema infinito.

Un pibe de barrio, que se hundió en el barro y tocó su propio cielo con las manos.

En este punto, y sólo como recomendación, hay que rendirse al DIEZ -con mayúsculas- que estaba de nuestro lado, que estaba de este lado de la linea de cal.

Inclusive bancando el gol que le hizo a los ingleses. Minúscula revancha frente al crimen de guerra que Margaret Thatcher ejecutó con el hundimiento del Crucero General Belgrano.

Me quedó con Maradona en el mundial 79, en la gloria del 86, y la reivindicación del 94, que la FIFA asesinó por la espalda. No me olvidó de Boca en el 81 y de la propaganda de Coca Cola del 82, y menos aún cuando lo cagaron para tapar un caso de corrupción en el 91.

Y si recordas que días después del ataque a la AMIA salió camuflado para rendir tributo a la víctimas y exigir justicia.

Yo quiero a ese Diego. Al que está de este lado de la raya de cal. Que todavía está.

Chau. Y gracias.