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Método Romano

Método Romano

Notas

Alberto Fernández enfrenta una agenda complicada sin soluciones a la vista. No se conoce un programa económico Post Pandemia, la negociación de la deuda externa colapsó y la decisión de privatizar Vicentin abrió viejas cicatrices y despertó oscuras veleidades del poder.

El Presidente no tiene un gabinete a la altura de las circunstancias, enfrenta los cuestionamientos internos de Cristina Fernández y su gobierno sólo recoge adhesiones cuando se trata de evaluar los resultados sanitarios de la cuarentena.

Alberto Fernández no encuentra un método político que le permita actuar como Presidente, y delegar los detalles de gestión en los 21 ministerios que integran su gobierno de coalición. A la mañana, se ocupa de la pandemia, al mediodía analiza la ayuda económica a las PYMES, a la tarde trata las relaciones bilaterales de la Argentina, y a la noche decide qué se hará con la reestructuración de la deuda externa.

El jefe de Estado diseña la estrategia y ejecuta la táctica. Todo en el mismo combo, sin fusibles, y pagando los costos políticos que deberían estar a cargo de sus ministros. Se trata de un método de ejercicio del poder que será imposible de mantener durante cuatro años seguidos. No hay forma física ni mental. Por eso se crearon los gabinetes y se diseñaron las burocracias públicas.

Los equilibristas no atrapan los platitos ni dan de comer a los elefantes. Una dogma que ya aplicaban los romanos para ejercer el poder y administrar el Coliseo.