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Sorpresa

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Notas

La fórmula Eduardo «Wado» de Pedro-Juan Manzur duró un suspiro. Fue resistida por los gobernadores peronistas, los intendentes del conurbano, el establishment financiero y la Casa Blanca, que controla la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Se trató de un error de cálculo -otro- de Cristina Fernández de Kirchner y Máximo Kirchner, líder de La Cámpora.

Sergio Massa aguardó su tempus y avanzó contra De Pedro-Manzur. El jefe del Palacio de Hacienda siempre pensó en su candidatura a Presidente, y no entendía que hacían en ese lugar el ministro del Interior y Daniel Scioli, su peor enemigo en el gobierno peronista. Massa utilizó su palanca doméstica y su agenda en Estados Unidos, y en apenas en 24 horas terminó con el sueño de Wado y Manzur.

Ahora Massa deberá enfrentar a Juntos por el Cambio -Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich-, la inflación rampante, la negociación con el FMI, sus disputas palaciegas con Alberto Fernández, la desconfianza perpetua de Cristina y Máximo Kirchner y la inercia del electorado indeciso que oscila entre Javier Milei y el voto en blanco.

Las cuentas previas ayudan al candidato de Unión por la Patria: puede salir primero en las PASO, y hasta entrar en el balotaje. Pero tiene que llegar al 50, 1 por ciento de los votos en la segunda vuelta, una cifra que se parece a una quimera política.