Javier Milei obtuvo una victoria electoral inesperada y contundente. Su Presidencia es una muestra imperturbable del hartazgo de la mayoría de la sociedad argentina que exige una transformación ideológica que el peronismo, la Unión Cívica Radical y la izquierda no pueden ejecutar.

Milei estaba cuestionado por tres casos de corrupción -Libra, Spagnuolo y Espert-, los mercados oscilaban pese a la ayuda del Tesoro de los Estados Unidos y Werthein había renunciado por sus diferencias con el asesor Santiago Caputo, que accede sin demasiados obstáculos protocolares a las cercanía de Donald Trump.

En otro contexto histórico, con un triunfo previo del justicialismo en Buenos Aires, La Libertad Avanza hubiera sido vencida por la oposición. Pero Milei se impuso y ahora desplegará una agenda política que apunta a cumplir con los compromisos asumidos con la administración republicana y el Fondo Monetario Internacional.

Si no vuela un Cisne Negro, el Presidente irá por su reelección en 2027.