El plan político de Cristina Fernández es fácil de explicar: si es senadora romperá la bancada peronista y desde la Cámara alta tratará de quedarse con la representación absoluta de la oposición –relegando a Sergio Massa y Florencio Randazzo–, para consolidar su candidatura presidencial en los comicios de 2019. A CFK no le importan los procesamientos o los casos de corrupción que demuestran su manejo de los fondos públicos. Recoge el antecedente de Carlos Menem, que condenado por tráfico de armas va a la reelección como senador por La Rioja, y todos aseguran que triunfará en los comicios de octubre. Menem va poco al Senado, pero parece que en La Rioja no se enteraron.
![Néstor Kirchner, Carlos Menem y Cristina Fernández. Socios políticos.](https://leviathan.com.ar/wp-content/uploads/2017/06/cfkpaso1.jpg)
Hasta ahora, CFK encabeza las encuestas en la provincia de Buenos Aires. Pero tiene un techo bajo en la opinión pública, una circunstancia política que le pone límite a sus aspiraciones electorales. Cristina está en condiciones de salir segunda en los comicios y llegar al Senado, un cámara parlamentaria que conoce en profundidad. Allí se peleó a muerte con Miguel Ángel Pichetto, un senador fiel a Menem que detesta a CFK y que sólo aceptó sus órdenes para preservar sus propios espacios de poder.
![Miguel Angel Pichetto y Cristina Fernández, en el Senado. Enemigos íntimos.](https://leviathan.com.ar/wp-content/uploads/2017/06/cfkypi.jpg)
CFK sólo quiere acumular poder y llegar con posibilidades a los comicios presidenciales de 2019. Su único objetivo en la vida es derrotar a Macri y regresar a la Casa Rosada.
Depende de Macri. Y de su plan económico.